ETERNAL RUNNING. 27-03-2011

3 comentarios:

  1. Alberto Herrero28 marzo, 2011

    A los 10 metros de carrera ya estábamos de barro hasta las cejas. Con eso lo digo todo.

    A partir de ahí 11 km de carrera por sendas de montaña (subidas duras y bajadas-tobogán), obstáculos pensados con mala leche (gatear por debajo de alambrada, una hilera de containers en los que había que entrar y salir, trepar un camión con balas de paja de unos 3 metros de alto, cruzar un río...).

    Resultado: todo el cuerpo machacado, rodillas y codos con arañazos y magullones, pero satisfecho por la paliza.

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  2. Ernest Olivan28 marzo, 2011

    ¿Es normal que me duela hasta el alma? Sí si el día anterior he ehcho la Eternal Running de Castellbisbal, como es el caso.

    11'4 Km de puro sadismo en el que hay momentos incluso humillantes. ¿A quién se lo ocurre poner en los 200 metros finales 2 zanjas de ahua y barro hasta la cintura, 6 containers, una alambrada espinosa que te obliga a arrastrarte cual serpiente, 3 metros y medio de paja y 2 superflotadores que hay que saltar como si fueras Fosbury?

    ¿Es necesario tener que cruzar el Llobregat? ¿Y poner laberintos de cuerdas cuando estás más reventado?

    Todo esto y un poco más es la Eternal Running.

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  3. Stephanie Roman28 marzo, 2011

    Yo definiría la Eternal como la carrera de las mil emociones: desde el pánico experimentado en el segundo 1, cuando crees que las 1.400 personas que llevas detrás y que como locos chillan hasta reventarse las cuerdas vocales, van a pisotearte cuando oyes el 0, la humillación cuando en los primeros 500 metros ya vas de barro hasta arriba, las risas que te echas, la primera colina y el primer pensamiento de abandono, el dolor sobretodo en los pies al haberte calzado unas zapatillas que te rozaban un poco, la desesperación, el cansancio, la satisfacción al ver que detrás hay gente que lo lleva peor, seguimos con las risas cuando lo que has subido has de volver a bajarlo, y con la tromba que ha caído por la mañana, todo resbala, segundo pensamiento de abandono cuando ves la siguiente subida que te espera, sed, mucha sed, barro hasta en los oídos que aun hoy me sigo sacando, llegada al avituallamiento en el km 5 y pico, donde aparte de bebidas y fruta, hay nubes y queso, el ánimo que surge de nuevo cuando ves que el próximo kilómetro es plano, alivio cuando te metes en el Llobregat y el agua está fresquita, y de nuevo el dolor, la rozadura del dedo pequeño del pie es insoportable, pensamiento absurdo cuando piensas en quitarte las zapatillas, risas cuando al final de un tubo de hormigón hay unas cuerdas que apenas ves, esperanza cuando hueles la meta, quedan 2-3 kilómetros, más dolor cuando ves que uno de ellos es una colina, y vuelven las risas cuando echas la mirada atrás y ves que hay mucha más gente peor que tú, locura cuando te ríes solo con barro hasta las cejas, sufrimiento, y por fin, ves la meta a un kilómetro y oyes que los que llegan, llevan 1h39, desafío cuando Gemma me dice que tenemos que llegar antes de las 2 horas, parece fácil pero el tramo final lo han pensado para que no acabes, más barro, paja, alambrada, containers, inflable gigante… alegría al cruzar la meta… 1H53… contenta considerando que esta ha sido mi segunda carrera ;-)

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